lunes, 13 de julio de 2015

¿QUIERES SABER CÓMO DECIRLE A OTRA PERSONA LO QUE HA DE MEJORAR Y QUE, ENCIMA, TE LO AGRADEZCA?




Feedback es un término anglosajón que podemos traducir por “retroalimentación”, algo así como “alimentarme de la evaluación que comparten conmigo después de que me han observado”. Sin darnos cuenta, continuamente estamos feedbackeando a los demás, es decir, dando nuestra opinión sobre lo que vemos hacer a otras personas. Pero no te confundas, no es tan simple como parece, dado que un feedback no efectuado correctamente puede llegar a ser contraproducente porque acaso sea interpretado por tu interlocutor como una agresión. Aquí te muestro una estrategia sencilla para regalar tus feedbacks de forma “ecológica”: ¡hazlo con M.I.M.O.!

M de mantener. De acuerdo, has sido testigo de la conducta de alguien con quien vas a compartir tu opinión sobre eso que has observado. Comienza diciéndole lo que ha hecho bien, es decir, gratifica lo bueno, refuerza lo positivo, comienza con una “caricia” verbal. ¿Qué es importante que conserve en su manera de obrar?

I de incorporar. Y a eso que ya hace bien, ¿qué se le puede sumar para que lo haga todavía mejor? ¿Qué le ha faltado y en tu opinión ha de añadir? ¿Cuál sería la “cerecita encima de la tarta” que perfecciona su ejecución?

M de mejorar. Todo es perfectible. ¿Qué puede hacer esa persona de una manera distinta para, por ejemplo, conseguir el resultado que busca empleando menos recursos? Piensa: ¿qué puede perfeccionar? ¿Qué debería corregir?

O de omitir. Por último, ¿qué es lo que ha de ser eliminado de la acción? ¿Qué es lo que consideras que no ha de volver a hacer? Separa hechos de opiniones y proporciona argumentos objetivos en tu propuesta. Te garantizo que un feedback con esta fórmula genera gratitud en quien lo recibe.

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